Para comenzar este “blog” y sin pretender crear cátedra sobre nada, pues “cada maestrillo tiene su librillo”, sí que creo que la experiencia de estos años me permite tener en cuenta cosas esenciales para ser capaz de diseñar grandes viajes (y también no tan grandes), al gusto del viajero pero intentando que la vivencia sea a la vez llevadera y amena.
- Lo primero es conocer lo mejor posible el destino o destinos que se pretenden trabajar, tanto por lectura, mapas, multimedia y guías como sobe todo por experiencia personal en el lugar o lugares interesantes que podemos encontrar en estos destinos. También una ayuda fundamental está en los proveedores locales que siempre disponen de una información actualizada y cuyo interés en general es colaborar a que sus productos tengan un éxito creciente.
- Una vez conocido el destino lo siguiente es estudiar las mejores alternativas de transporte entre el origen y el destino del viaje y también el orden más lógico y conveniente en que se deben ofrecer las distintas zonas que se vayan a visitar, realizando normalmente la parte más fatigosa al principio (ya que se suele llegar con más ilusión y ganas y según se va realizando el viaje se va haciendo más pesado), dejando la parte más relajada para el final, con lo que además se regresa descansado.
- Sobre los puntos anteriores se empieza a construir el viaje tomando en cuenta los primeros datos fundamentales, a saber, número de participantes, forma en que se quieren distribuir en los hoteles y alojamientos, categoría y presupuesto aproximado, edad en el caso de los niños y el nombre de cada uno según figura en su pasaporte o documento de identidad, que por supuesto debe cumplir los requisitos mínimos exigidos por el lugar de destino y que pueden variar bastante según donde se pretenda viajar, incluyendo lugares donde se requiere tramitar visados.
- Precisamos por último los datos de contacto de al menos uno de los viajeros y en principio con esto ya se puede proceder a diseñar un Gran Viaje.