La cultura sobre Tailandia está llena de personajes que han convertido al país en un destino internacional lleno de personalidad. A continuación, repaso la vida de Jim Thompson, un personaje que marcó el comercio del país gracias a su pasión por la seda.
Jim Thompson, el personaje más querido de Tailandia.
Este estadounidense era agente de la CIA y fue destinado, en 1940, a Bangkok. Tras comprar una parte de un hotel, observó como el sector de la seda estaba viviendo un declive imparable. Jim comprendió que el sector de la seda tenía un gran futuro y comenzó a mover sus hilos en Europa para volver a revitalizar el comercio de tan interesante materia prima.
Fue en 1948 cuando fundó la legendaria Compañía de la Seda de Tailandia. Lo más curioso es que no solo logró devolverle al comercio tailandés su valía perdida con el paso de los años también consiguió que los oriundos comenzaran a valorar la calidad de sus productos.
Thompson era un enamorado del país e invitó a varios viajes a Tailandia a sus amistades. No faltaba ni a un solo evento cultural y su pasión le convirtió en alguien muy bien valorado por parte de todos los estamentos tailandeses. Sin embargo, 19 años después de fundar su compañía, se fue de vacaciones a Malasia para no volver jamás. Muchos opinan que era un espía, otros que regresó a Estados Unidos y la mayoría que fue un misterioso personaje que revitalizó el comercio para siempre.
En los recorridos que se hacen por la capital no falta nunca la visita a la mansión de Thompson. Tampoco a los centros donde se hila la seda que se convirtió en el eje de la economía del país. Cuando viajo a Bangkok siempre tengo la sensación de que el viejo Jim me observa con una media sonrisa cuando visito una fábrica de seda