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PASAPORTE A VIETNAM (4): HAY QUE IR A VIETNAM UNA VEZ EN LA VIDA

Llegamos al noveno día de viaje, y vemos próximo el final de la experiencia en Vietnam. Durante el vuelo a Saigon reflexionaba sobre la sensación que, por lo visto, comparten otros viajeros: ¿estoy disfrutando del viaje? ¿estamos aprovechando el tiempo? Una reconfortante sensación me confirmaba que sí, y además, aún quedaban experiencias inolvidables por vivir.

En nuestra visita a Saigon, actualmente conocida como Ciudad Ho Chi Minh, nos encontramos una urbe amplia, intensa y dinámica, llena de movimiento, con un curioso contraste entre modernidad y tradición. Resulta chocante ver cómo encaja perfectamente el moderno skyline con la esencia cultural de los templos y pagodas vietnamitas.

Tras callejear por el centro histórico y recorrer la principal calle comercial (Dong Khoi), recorrimos diversos edificios típicamente europeos, como el Ayuntamiento (también llamado Hotel de Ville, con un gran parecido con el famoso Hotel de París), el viejo Teatro de la Ópera y la catedral de Notre Dame (si, comparte la de París pues fue construida por colonos franceses en 1863).

Justo enfrente de la catedral se encuentra la estatua de mármol de Carrara de Nuestra Señora de la Paz, de la que cuenta la leyenda que, en octubre de 2005, una lágrima corrió por una de sus mejillas, considerado un milagro por los allí presentes.

Después de un típico almuerzo vietnamita, visitamos el barrio chino (conocido como Cholon), donde conocimos el mercado de Binh Tay, donde puedes encontrar absolutamente de todo.

Para finalizar un completo día, visitamos la Pagoda de Thien Hau y el Mercado de Ben Thanh, con una artesanía de productos realmente variada.

Con la sensación de que todo lo bueno se pasa volando, iniciamos el décimo día de viaje haciendo una de las excursiones que más ganas tenía de hacer: conocer My Tho y Ben Tre con crucero por el Río Mekong, con visita a un típico pueblo de pescadores donde tuvimos ocasión de pasar por las 4 Islas (Dragón, Unicornio, Tortuga y Fénix).

Además, recorrimos un pequeño canal (Vam Xep) donde se podía contemplar cómo era la vida en el día a día de los habitantes de la provincia de Ben Tre “el pueblo de los cocos”.

Posteriormente visitamos una granja de abejas en Quoi An, donde probamos un rico té con miel, y vimos cómo trabajaban la madera de coco en un taller de artesanía.  

Tras el almuerzo, nos esperaba un agradable paseo en carro recorriendo los frutales. La banda sonora” corría a cargo de la gente del pueblo, que tocaba música tradicional con instrumentos artesanales y amenizaba el trayecto. ¡Todo un espectáculo!. 

De vuelta, nos montamos en el típico barco vietnamita, llamado Sampan, con el que recorrimos los canales hasta llegar al barco que nos devolvía a Ben Tre. De ahí a Ho Chi Minh, vueta al hotel de Saigon.

Esto se acaba. Último día de viaje con tiempo libre y opción de visitar los túneles Cu Chi.

Ya en el aeropuerto, la sensación de haber vivido una experiencia única gracias a iClubviajes.com, a Vietnam Airlines y a Air Europa, así como a toda la gente que conocí durante el viaje. Y un único pensamiento: ¡hay que ir a Vietnam una vez en la vida!