Mi viaje de novios a Tailandia fue una experiencia única que jamás olvidaremos. Vivimos momentos muy especiales y disfrutamos de lugares con mucho encanto. A la hora de organizarlo decidimos que lo mejor era ir a Tailandia con todo incluido, y la verdad es que acertamos de pleno, puesto que no nos faltó de nada en las dos semanas que estuvimos en el que es conocido como país de las sonrisas.
Nuestra primera parada la hicimos en Bangkok, donde estuvimos seis días en los que recorrimos la ciudad de cabo a rabo. Paseamos por la zona de Khao San, visitamos el templo budista Wat Arun para lo que tuvimos que cruzar a la otra orilla del río Chao Phraya, estuvimos en el Wat Pho, El Gran Palacio y el Wat Phra Kaeo.
También tuvimos la oportunidad de ir al Wat Mahathat, donde se encuentra la orden monástica más importante del país asiático, el Wat Saket en la cima del Monte Dorado, el poblado de los Cuencos de Monje, la zona de Khao San Road, el Parque Dusit, la mansión Vimanmek, la Mansión de Jim Thomson o el Palacio Real.
Un viaje a Tailandia muy completo
A mi entender, en un viaje a Tailandia hay que conocer a fondo la capital para que sea un viaje completo. Una vez que terminó nuestra ruta por Bangkok, nos lanzamos a la aventura visitando lugares mágicos como Ayuthaya, Lopburi, Phitsanulok, Sukhotai y Chiang Mai, la ciudad más grande del norte de Tailandia donde decidimos quedarnos un par de días por su enorme poso cultural que tanto nos sorprendió.
Nuestra luna de miel en Tailandia y Bali nos dio también para visitar las Islas Phi Phi y las Islas Hong en Krabi, donde nos enamoramos de las vistas que ofrece la Bahía de Phang Nga. El viaje de novios a Tailandia terminó nuevamente en Bangkok, desde donde volamos de regreso a casa.